La escalada es un deporte que se originó como raíz de la práctica del montañismo e inicialmente se consideraba más como un entrenamiento previo a los diversos recorridos por las montañas . 

Actualmente ya se define como un deporte y el mismo consiste en realizar un acenso por paredes, usando para ello únicamente la fuerza física propia y siendo mayormente realizado en entornos exteriores. 

Para iniciar en este deporte lo primero y más importante será buscar asesoría de verdaderos expertos, ya que es una práctica de alto riesgo y más si no se tienen los conocimientos necesarios. Lo más recomendable es iniciar a escalar en zonas sencillas, como por ejemplo rocódromos, para practicar la técnica y ganar confianza, para luego salir al exterior a espacios más complejos. 

Al final no solo se trata de practicar un deporte extremo, sino de aprovechar las bondades y beneficios que nos brinda el mismo.

Desde el punto de vista físico, la escalada ayuda a conseguir una mejor postura corporal, brinda mayor resistencia, musculatura, flexibilidad y aumenta la capacidad cardiovascular. Al mismo tiempo permite ganar mayor movilidad, equilibrio y eliminar calorías con todo el ejercicio que se realiza en una sesión, llegando a ser unas 550 kcal como mínimo.

Pero más allá de los beneficios físicos los más sorprendentes son los beneficios metales. La escalada, en el entorno que sea supone un reto personal, que conecta la mete con el cuerpo, llevando ambos al límite y reforzando la confianza en uno mismo. Es el perfecto antídoto contra el estrés y más cuando se practica en entornos naturales.

La sensación que provoca realizar este deporte es liberadora; el conseguir llegar a la cima con la adrenalina y las endorfinas por las nubes y apreciar la vista, es una experiencia sin igual.